Martínez Moral recuerda la necesidad de realizar revisiones visuales a los más pequeños y evaluar también su capacidad de comprensión, y aconseja llevarlos a la consulta del óptico-optometrista al menos una vez al año.
Además de esa revisión anual, los padres y profesores deben estar atentos a los signos que suelen señalar la existencia de problemas visuales en los niños, y que se detallan a continuación:
- Frunce el ceño, guiña los ojos o gira la cabeza y el cuello para mirar de lejos o de cerca.
- Se le irritan los ojos cuando escribe o lee, le escuecen y se frota los párpados con frecuencia.
- Sufre con frecuencia dolor de cabeza.
- A consecuencia de un déficit en la percepción de profundidad, es fácil que tropiece.
- Tuerce un ojo.
- Comete muchos errores al copiar palabras de la pizarra.
- Tiene baja comprensión de la lectura para su edad.
- Presenta una sensibilidad a la luz excesiva (fotofobia).
- Procura no realizar actividades en las que se precisa una buena visión de cerca, como hacer los deberes o leer, o visión de lejos, como practicar deportes o juegos.
- Tiende a sentarse muy cerca de la televisión o se aproxima mucho a los libros.
Si su hijo presenta alguno de estos síntomas, debe solicitar a un óptico-optometrista que le realice un examen visual y ocular completo, ya que la detección precoz de las disfunciones visuales es vital para establecer un tratamiento correcto.
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